Los atletas de alto rendimiento son inversionistas a largo plazo

Javier Morodo

De acuerdo con Investopedia, un inversionista a largo plazo es aquel dispuesto a tres cosas principales: a aceptar cierta cantidad de riesgo en la búsqueda de recompensas mayores, a ser paciente durante un periodo largo de tiempo, y a tener suficiente capital disponible para sobrevivir durante ese periodo. 

Si consideramos a su propio cuerpo como el capital, entonces los atletas de alto rendimiento caben en esta misma descripción. Por eso, quise ahondar un poco más con algunos ejemplos sobre el mindset de los atletas Olímpicos. Es una mentalidad a largo plazo que les exige invertir su tiempo y recursos con mucha disciplina –y, como verás a lo largo del artículo, este no es el único punto en el que atletas e inversionistas tradicionales se parecen. 

Aceptar el riesgo a cambio de una recompensa mayor

Así como existe tal cosa como el dinero rápido, los atletas saben que triunfar en una disciplina deportiva no es algo que puedan lograr de la noche a la mañana. Por eso, le dedican una enorme cantidad de horas a su entrenamiento. Una estadística afirma que un atleta profesional llega a entrenar casi 1,100 horas cada año. Para hacerlo, sacrifican muchas otras actividades que haría una persona “normal” y se concentran en un solo objetivo, el de calificar a las Olimpíadas. 

Al hacer esta elección, están dejando otras de lado. Algo similar pasa con los inversionistas de largo plazo, quienes pueden estar tentados a cambiar su estrategia de inversión cuando alguna de las acciones o activos que posee pierde valor en el mercado o cuando ve que una que no tiene se aprecia. Esto ocurre también con los activos alternativos, pero la clave es siempre aguantar y concentrarse en el objetivo. 

Paciencia durante el largo periodo de tiempo 

Para un atleta Olímpico, este periodo tampoco es tan largo. Estadísticas muestran que necesitan entrenar entre ocho y nueve años para dominar completamente su disciplina deportiva. Considerando que el rango promedio de edad en el que las atletas mujeres de las disciplinas más populares en las Olimpíadas (gimnasia, natación, atletismo, clavados, ciclismo) están en su peak de desempeño atlético el rango va entre los 22 y los 27, comienzan a pensar a largo plazo desde edades muy tempranas.  

El tiempo es aún más importante para las gimnastas, pues alcanzan su máximo potencial entre los 19 y 20 años. (Aunque Simone Biles tiene 24 años y está en la cúspide de su carrera en estas Olimpíadas). 

En el caso de los atletas varones, alcanzan su peak entre los 23 y 27 años. Por ejemplo, cuando Michael Phelps arrasó con 8 medallas de oro en Beijing 2008, tenía 20 años. Claro que están sus excepciones, con Usain Bolt rompiendo el récord de los 100 metros planos en 9.56 segundos a los 20 años. 

Por eso, no es raro que comiencen a entrenar profesionalmente entre los 10 u 11 años… la misma edad en la que Warren Buffett adquirió sus primeras acciones y empezó a comprender el efecto del interés compuesto. Aunque la carrera de los Olímpicos suela terminar antes de que cumplan 30 años –seis décadas menos que lo que ha durado la carrera inversionista del buen Buffett–, podríamos decir que el compounding aplica también para su desempeño: mientras más tiempo le dan a su entrenamiento para que crezca a partir de lo básico, más va a multiplicarse su habilidad. 

Por esa misma razón, los atletas aprenden a ser pacientes durante el tiempo que dure su carrera, cosa que va también muy atada con la disciplina constante. 

Capital suficiente 

Un inversionista debe mantener su capital durante el periodo de tiempo que haya elegido para sus inversiones a largo plazo. Del mismo modo, los atletas Olímpicos mantienen su cuerpo. 

Es verdaderamente impresionante conocer los cuidados de los Olímpicos. Resulta obvio para quienes hayan practicado algún deporte de manera constante, pero el nadador, por ejemplo, no solamente entrena en la alberca; debe pasar muchas horas en el gimnasio levantando pesas en zonas estratégicas, rehabilitando los músculos desgastados, alimentándose bien y ejercitando otras partes de cuerpo que contribuyen a su velocidad en el agua. 

Y debido a que están sumamente regulados por las autoridades deportivas y Olímpicas respectivas de sus disciplinas, los atletas no siempre pueden recurrir a técnicas de biohacking para optimizar su desempeño. 

Entonces, ¿cómo es que logran la paciencia y disciplina durante tanto tiempo para poder alcanzar o incluso superar su propio potencial? No sorprende que tienen un mindset muy particular enfocado en aprender a ganar en vez de no perder, y en no distraerse al compararse con los demás –uno de los cinco hábitos diarios de Phelps–.

Las inversiones y el deporte tienen bases muy similares, sólo es cuestión de aplicar los conceptos.

A invertir y hacer deporte, pues.

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