Durante lo que va del 2021, las SPACs estadounidenses han levantado más de 96 mil millones de dólares, sobrepasando el monto total que reunieron el año pasado (83 mil millones).
Aunque es una cifra impactante, seguramente pasa desapercibida para quienes no tienen suficiente contexto sobre lo que significa este acrónimo y el impacto que ha tenido en el mercado financiero. ¿Qué es una SPAC y por qué debería importarte si estas involucrado en el mundo de las inversiones? Vamos a intentar responder estas y otras preguntas en este ensayo.
Antes de descifrar lo que significa este acrónimo, hay que comprender otro: ¿Qué es una IPO? Es importante que lo conozcas porque es la clave para comprender la popularidad de las SPACs.
En el mundo bursátil, una IPO (Initial Public Offering, o una Oferta Pública Inicial, OPI) es el proceso en el que una corporación privada pasa a ofrecer acciones al público. Dicho de otro modo, permite a una empresa privada volverse pública y cotizar en bolsa.
El que una compañía llegue al punto de una IPO es porque está en un momento clave de su crecimiento. Probablemente haya alcanzado una valuación de por lo menos mil millones de dólares y esté buscando expandirse, para lo cual requiere mucho capital. Una IPO le permite buscarlo mediante inversionistas externos en vez de recurrir, por ejemplo, a un préstamo bancario o más inversionistas privados.
Por inversionistas externos me refiero al público en general: los millones de inversionistas –individuos como tú y como yo, o instituciones dedicadas a invertir– en el mercado público que pueden adquirir acciones de la nueva compañía y volverse parte de sus accionistas o shareholders. A ellos tendrá que rendir cuentas cada trimestre, cuando les comparta información financiera.
Pero no solamente la compañía y los inversionistas externos se benefician de una IPO. Si la empresa ha levantado capital de riesgo o ha tenido ángeles inversionistas, una IPO es el momento ansiado por todos ellos ya que es un evento de liquidez en el que pueden recibir los retornos de la inversión que hicieron antes. Por eso es que muchos observan la valuación que tiene la compañía al momento de su IPO, la estimación inicial de lo que costará su acción y la cantidad de acciones con la que saldrá al mercado.
Debido a lo que implica para todos los participantes, el que una empresa pase de ser privada a ser pública es un proceso bastante tardado. En el caso de EE.UU., la Securities and Exchange Commission (SEC, o el organismo que regula los mercados y protege a los inversionistas estadounidenses) es la entidad que supervisa cualquier proceso para salir a bolsa, incluyendo una IPO, y requiere una detallada revisión de documentos financieros y legales. Este proceso usualmente dura entre seis y 12 meses, aunque tampoco es raro que se demore hasta casi dos años.
Ahora bien; aunque es la manera más común de salir a bolsa, una IPO tiene otras desventajas además de su tardanza:
- Costo elevado. Toda la documentación y la participación de consultores, banqueros y abogados para preparar la salida a bolsa resulta bastante costoso (entre el 4% y el 7%)
- Sin garantías de inversionistas a largo plazo. Al momento de salir a bolsa, una empresa comienza un nuevo capítulo cuyo éxito va a depender casi enteramente del comportamiento del mercado. Los inversionistas externos que invierten en acciones fácilmente pueden venderlas.
Entonces entran las SPACs a escena. Una SPAC es una Special Purpose Acquisition Company por sus siglas en inglés (o una compañía de adquisición con propósitos especiales en español) y se refiere a una compañía creada con el propósito exclusivo de levantar capital en los mercados públicos para después fusionarse con una empresa privada y volverla pública. Es decir, una SPAC básicamente es el caparazón de una compañía cuya vocación es buscar compañías para invertir en ellas y que no tiene operaciones comerciales, pero que es creada solo para poder comprar la empresa privada que quiere salir a bolsa.
Una SPAC suele levantar recursos de sus inversionistas vía un IPO, lo inversionistas confían en el “track record” y reputación de los “sponsors” de estos vehículos y su capacidad de analizar y buscar empresas que quieran listarse en los mercados públicos y consideren hacer este “fast track” a través de la SPAC. Es una versión pública de otro vehículo que ha estado de moda los últimos años: los serach funds.
Las SPACs suelen tener costos más bajos de suscripción de su IPO, regularmente entre el 3-5% pero, el sponsor del vehículo suele tener una participación del mismo de hasta el 20%. Es algo que una vez que te interese participar en alguno de estos proyectos debes de revisar en su prospecto de colocación.
Es una alternativa a la IPO porque facilita que una empresa se vuelva pública sin pasar por todo el extenuante proceso que implica auditar previo a que cotice en bolsa. Si una SPAC se crea solamente para comprar la empresa privada, al no tener registros previos de sus actividades o datos financieros, no hay mucho que tenga que revisar la SEC. Lo que importa es la reputación de los creadores de la SPAC. Por eso, salir a bolsa mediante una SPAC puede lograr que una compañía ingrese al mercado en un lapso de entre dos a cuatro meses, contra un periodo de seis a dieciocho meses si lo hiciera vía un IPO. Gran parte de su atractivo del lado de las empresas y el financiamiento es este “arbitraje regulatorio”.
Otro tema importante a destacar sobre las SPACs como alternativa a los IPOs, es que a través de las SPACs si se pueden generar proyecciones financieras que le den más visibilidad a los potenciales inversionistas sobre el futuro de la empresa que se va a adquirir. Esto debido a que en los IPOs para mantener la objetividad sobre la empresa en cuestión los banqueros tienen prohibido hacer proyecciones financieras para promover las acciones de la empresa.
Esta es la razón por la que las SPACs han cobrado particular relevancia recientemente. Aunque existen desde finales de los años 90, su popularidad explotó durante el año de pandemia ya que muchas empresas se vieron en la necesidad de levantar capital rápidamente y no podían darse el lujo de atravesar el larguísimo proceso de una IPO.
El mercado abrió la oportunidad y los inversionistas la tomaron. ¿Por qué crearían una SPAC para llevar a empresas a la bolsa? Porque son una inversión diferente e interesante. En el peor de los escenarios, el deal nunca se materializa y la empresa nunca sale a bolsa, los términos de cada SPAC establecen periodos de tiempo para invertir y si no se cumple regresan el capital a sus inversionistas a veces inclusive considerando pagar una tasa de interés sobre el capital. Si se llega a invertir en alguna empresa, los inversionistas tienen acceso al retorno de estas inversiones que a través de IPOs suelen ser oportunidades casi exclusivas de inversionistas institucionales. En algunos casos recientes, los rendimientos han sido muy significativos. Según el NASDAQ, algunas de las que han tenido mejor desempeño son:
- QuantumScape. Empresa de baterías de litio para vehículos eléctricos
Precio: $84.85
Retorno: 1,115%
- DraftKings. Empresa de apuestas deportivas.
Precio: $53.39
Retorno: 444%
- Betterware. Esta es muy interesante porque es mexicana, y comenzó a cotizar en los mercados de valores vía SPAC en 2020.
Precio: $32.54
Retorno: 232%
Al principio de este ensayo, mencionamos que durante el 2020 todas las SPACs estadounidenses reunieron 83 mil millones de dólares. Lo verdaderamente impactante resalta si evaluamos la cantidad que levantaban antes:
- 2013: $1 mil millones
- 2014: $2 mil millones
- 2015: $4 mil millones
- 2016: $3 mil millones
- 2017: $11 mil millones
- 2018: $9 mil millones
- 2019: $13 mil millones
De cierta manera esto ha hecho que los grandes inversionistas y hasta celebridades se vuelvan los nuevos banqueros de “wallstreet” y promuevan su visión de inversiones a través de estos SPACs. Han logrado “desintermediar” a muchos bancos de inversión como lo son Goldman Sachs y Morgan Stanley para ellos distribuir estos vehículos de inversión. Algunos de estos son Social Capital de Chamath Palihapitiya y Lux Capital, G Squared y Foundry Group.
Aquí una lista curiosa de algunos sponsors que han participado en el boom reciente de las SPACs:
- Chamath Palihapitiya. En 2019, nuestro inversionista favorito creó una SPAC llamada Social Capital Hedosophia Holdings para adquirir el 49% de la empresa Virgin Galactic. Hasta ahora, ha estado muy activo llevando empresas a bolsa mediante SPACs. Su track record es impresionante: Opendoor (una startup de bienes raíces), Clover Health (una compañía de seguros médicos para Obamacare) y más recientemente, la fintech SoFi. No por nada lo llaman El Rey de las SPACs.
- Shaquille O Neal. El célebre ex jugador de básquetbol creó una SPAC enfocada en tecnología llamada Forest Road Acquisition Corp., junto uno de los hijos de Martin Luther King y tres ex ejecutivos de Disney. Con esta SPAC, Shaq y sus socios planean sacar a bolsa nada más y nada menos que a WeWork.
- Joanna Coles. La ex editora de la revista Cosmopolitan creó una SPAC para adquirir un servicio de suscripción para dueños de perros que se llama Bark Box y sacarla a bolsa.
- Alex Rodríguez. El ex beisbolista creó Slam Corp, una SPAC para invertir en los sectores de tecnología, deportes, medios y entretenimiento.
- Colin Kaepernick. El controvertido ex jugador de la NFL también creó una SPAC muy en línea con sus intereses, pues quiere invertir en marcas socialmente conscientes.
Si les parece que son demasiados atletas y celebridades las que han mostrado interés en las SPACs, no son los únicos: la propia SEC se ha percatado de su popularidad y emitió una advertencia hace unos días: “Solo porque alguien famoso esté involucrado con una SPAC no significa que sea para ti.” Cuando hay demasiada atención mediática, cualquier actividad puede convertirse en especulación y puede terminar provocando algún revés financiero para los involucrados. La SEC busca evitar que ocurra una burbuja similar a la de 2017 con los ICOs (las famosas IPOs pero para las cryptos).
Como resumen, las SPACs son una alternativa para las empresas que buscan financiamiento a través de un vehículo que les permite hacer un “fast track” a los mercados de valores. Del lado de los inversionistas, también proveen un mecanismo para poder acceder al rendimiento de empresas nuevas que salen al mercado de valores, segmento que por muchos años ha sido casi exclusivo para inversionistas institucionales. Aun cuando exista una preocupación por la popularidad de las SPACs, no queda duda que es una innovación interesante del mercado.
Como en cualquier otra inversión es importante analizar a detalle cualquier proyecto en el que se piense invertir. Pareciera por el crecimiento tan rápido de estos vehículos que habría que tener un poco de cautela ya que pudieran indicar falta de análisis y hasta alineación con los inversionistas (por la estructura de los costos y las ventajas que pueden tener los sponsors de las SPACs sobre un accionista de la misma). Por otro lado cada vez más empresas están buscando capital para poder crecer, lo cual es es un buen augurio del optimismo que hay en los mercados, aunque a veces estas exuberancias suelen tener finales poco felices. El tiempo dirá…
Gracias a Sofia Garrido y Juan Estaban Moctezuma por el feedback sobre el ensayo.