Modelo mental: La reflexividad

Javier Martínez Morodo

La ciencia y los mercados financieros comparten una característica que vale la pena recordar cuando observamos el mundo: nada es completamente certero, por lo que hay que aprender a vivir con esa incertidumbre. El propio método científico funciona a partir de hipótesis que siempre pueden refutarse, pues sólo así se sigue investigando y nuestro conocimiento colectivo va extendiéndose. 

Menciono esto porque a veces pareciera que lo que ocurre a nuestro alrededor es definitivo y, cierto. Es en esos momentos cuando hay que recordar que muy probablemente no seamos los primeros humanos en experimentar ese sentimiento, por lo que seguramente existe alguien que ya reflexionó al respecto. Tal es el caso del empresario e inversionista George Soros con el tema de la irracionalidad de los mercados.

En momentos en los que los mercados experimentan alta volatilidad hay que pensar en modelos mentales que nos ayuden a comprender lo que está sucediendo. Uno de los modelos mentales que más me ha ayudado a comprender el funcionamiento de los mercados es el modelo mental de la “reflexividad”, que justamente George Soros ha impulsado. 

Pero, ¿qué es la reflexividad? 

Vayamos por partes. La teoría económica que explica el funcionamiento del mercado se basa en la oferta y la demanda y la relación entre estas variables. Conceptos como el equilibrio económico, expectativas racionales y la hipótesis del mercado eficiente presuponen que los individuos funcionamos de manera racional; es decir, que nuestro comportamiento responde a la lógica y que por ello es predecible. 

Sin embargo, gente como Soros ha cuestionado este componente “racional”. Hace un par de décadas, comenzó a desarrollar una tesis económica a partir de sus observaciones sobre el comportamiento del mercado. Su teoría parte de dos principios: 

  1. Falibilidad: Que la percepción del mundo que tiene cada individuo nunca corresponde perfectamente al estado actual del mismo. Es decir, alguien puede obtener conocimiento a partir de hechos individuales, pero al momento de formular ideas o construir un panorama general, de manera inevitable su perspectiva va a ser sesgada o inconsistente.
  2. Reflexividad: Que estas perspectivas imperfectas van a influir en cada situación en la que el individuo necesite actuar. Por ejemplo, si un inversionista cree que los mercados son eficientes, entonces esa creencia va a cambiar la manera en la que invierte, lo cual a su vez va a cambiar la naturaleza de los mercados en los que están participando (aunque no necesariamente los volverá más eficientes). Es un loop de retroalimentación de dos vías entre la realidad de los eventos y la perspectiva individual de quienes participan en él. 

Con estas dos consideraciones, Soros quiere que su teoría reciba más atención por que el componente social y emocional ha sido ignorado por economistas durante mucho tiempo, provocando grandes grandes ineficiencias y fenómenos como las burbujas o las crisis.

Reflexividad

El propio Soros lo dice en su ensayo, que recomiendo leer completo para una lectura más a fondo: “Al eliminar la incertidumbre asociada con la reflexividad…los economistas se han propuesto una tarea imposible. La incertidumbre asociada con la falibilidad y la reflexividad es inherente en la condición humana.” Dicho de otra manera la forma en la que nos comportamos como sociedad es un reflejo de la condición emocional individual y esta lleva a que los ciclos tengan movimientos súbitos de manía y de depresión, “mimetizando” la condición humana y haciendo los mercados altamente volátiles, cómo… los seres humanos. 

¿Por qué enfocarnos en la reflexividad? Según la perspectiva de Soros, éste principio tiene una relación directa con el cambio de precios en el mercado, pues el proceso de creación de precios es reflexivo y lo dominan los loops entre precios y expectativas de los partícipes del mercado. 

Esta característica hace que cuando cambia algún fundamento económico, como la escasez de un recurso o la preferencia del consumidor, o el mismo sentimiento humano con respecto a los mercados, el cambio de precios es impulsado por las expectativas de los partícipes del mercado (que actúan con base en su experiencia y no en la realidad) y se desvía del punto de equilibrio en el mercado. 

Dicho de manera sencilla, el principio de reflexividad explica por qué el incremento de precios atrae compradores cuyas acciones empujan los precios todavía más, hasta que el proceso se vuelve insostenible. Lo mismo puede ocurrir a la inversa, provocando una caída súbita de precios que podría parecer injustificada, pero que tiene sustento en la emoción y condición humana. De manera puntual, la reflexividad se refiere al efecto de autorreforzamiento del sentimiento del mercado

Con esto en mente recuerda que los mercados al igual que las personas son altamente volátiles en función de la incertidumbre que existe en sus componentes y tienden a reaccionar más súbitamente entre más incertidumbre exista. Esto explica por qué los mercados de capitales son más volátiles que los mercados de deuda o de dinero, y por qué los mercados crypto son aún más volátiles que los mercados de capitales. 

Ahora esto no significa que sean mejores o peores activos necesariamente, solo que tienen un componente de volatilidad implícita presente. Hay un dicho en el sector de inversiones “la volatilidad es el precio que pagas por el rendimiento de tus activos”, y esto es muy cierto, la mayoría de la gente no puede aguantar que los activos que tiene bajen de precio considerablemente, la incertidumbre y la emoción dominan al ser humano y es difícil en esos momentos tener “cabeza fría”. 

Por último, hay que entender que muchos de estos activos y mercados nuevos, tienen mecanismos de descubrimiento de precios muy susceptibles a el colectivo humano y por ende al sentimiento de mercado. Por ello es que estos ciclos de “reflexividad” suelen ser muy abruptos, cómo lo ha sido el caso de Bitcoin, que ha tenido varias “burbujas” en su historia, pero coincidentemente y hasta el momento, todas con tendencia positiva a través del tiempo. Aquí la reflexividad es aún más pronunciada y las subidas son significativas, al igual que las bajadas.

En este tweet hay un gran framework para pasar estos momentos de volatilidad:

Si bien sabemos que el futuro es incierto, siempre hay que intentar descifrar lo que nos depara, hay que analizar, estudiar y reflexionar para construir nuestros modelos mentales con los que podamos entender el mundo que nos rodea. Ya lo decía Mark Twain, la historia no se repite pero sí rima”, con esto en mente y el modelo mental de la reflexividad, espero estés mejor preparado para tomar decisiones en momentos de alta volatilidad en los mercados.

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