¿Qué está pasando con la inflación?

Javier Martínez Morodo

Para cualquier economista o financiero, es muy obvio que la inflación es uno de los signos vitales del mercado, pues permite dar un diagnóstico rápido para tomar las medidas profesionales o personales pertinentes. 

Pero para todos los que no están acostumbrados a observar este indicador, la subida en los precios y las declaraciones de las autoridades a cargo de políticas monetarias entran en oídos sordos, aunque lo que anuncian merece poner mucha atención.

En una ocasión anterior, ya les había platicado sobre la inflación y por qué se le considera el enemigo silencioso. Recordemos que refleja la pérdida de poder adquisitivo de una moneda debido al aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios existentes en un mercado durante un periodo de tiempo definido, que suele ser de un año. 

Dicho de otra manera, cuando los precios suben, con cada unidad de divisas se pueden adquirir menos bienes y servicios. Los precios han subido prácticamente en todos lados y se espera que continúen así durante un tiempo. Varios analistas en México estiman que el 2021 cerrará con una inflación alrededor del 6%, casi el doble de la meta oficial.

Sin embargo, hay que fijarse particularmente en lo que está ocurriendo en EE.UU., ya que el dólar sigue teniendo implicaciones clave en todos los mercados financieros.

De manera muy concreta, Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal de EE.UU. (institución a cargo de la política monetaria de aquel país), compartió dos cifras clave la semana pasada:

  • Los precios al por mayor incrementaron un 7.3% en un solo año, comparando junio 2020 con junio 2020. El incremento ha sido el más rápido desde 2010.
  • El índice de los precios al consumidor se disparó 5.4% en junio; desde 2008 no había subido tan rápido. 

¿Por qué ha ocurrido esto? Son varios factores, pero destacan dos muy particulares debido a la situación de pandemia que continúa desde el año pasado:

  • La escasez de algunos materiales debido a problemas en la cadena de suministro afectadas por la pandemia. En este caso están los microchips para automóviles, celulares y otros electrónicos, e incluso la madera para construcción. 
  • Algunos expertos estiman que la inflación es en parte consecuencia de los cheques para estimular el consumo que EE.UU. repartió a toda su población durante la crisis de Covid 19. Desde que la cantidad de empleos declinó severamente en abril del año pasado, millones estadounidenses han recibido tres cheques: uno de $1,200 dólares, otro de $600 y uno más de $1,400. Como los consumidores tenían más dinero para gastar, los comercios pudieron incrementar sus precios rápidamente.

¿Qué significa?

Naturalmente, los consumidores con menor poder adquisitivo son los más sensibles al incremento en los precios. Además, el miedo de una situación de hiperinflación siempre está presente, sobre todo para aquellas generaciones a las que les tocó crecer en épocas de inestabilidad económica, o para ciudadanos de países como Argentina o Venezuela que han visto a sus monedas llegar al punto en el que prácticamente no valen nada. 

Pero Jerome Powell dice que la inflación es transitoria debido a las circunstancias extraordinarias que trajo la pandemia. El Banco de México menciona algo parecido, aunque hay analistas que no están de acuerdo con este pronóstico y anticipan un mayor incremento en inflación antes de que vuelva a niveles normales del 2%. 

Así que mientras esto pasa, llega también la pregunta obligada para los que tienen un ojo en los activos alternativos: ¿es un buen momento de comprar Bitcoin? Una de las enormes ventajas de esta divisa digital es que representa una protección contra la inflación ya que el Bitcoin tiene una oferta limitada al igual que el oro, por ello se le conoce como el oro digital.  

En mi opinión creo que este es un momento para intentar dos cosas:

  1. Ver este nuevo ciclo de inflación casi desde un punto de vista científico; es decir, con una óptica más analítica que reaccionaria. Es un momento para hacerse preguntas incómodas, como: ¿es normal que los mercados reaccionen así cuando se imprime más dinero? ¿Qué tan normal debería ser la impresión de tanto dinero? Etcétera. ómo dato curioso el año pasado se imprimieron más del 30% de los dólares en circulación, ¿es esto normal?
  2. Diversificar el riesgo. No tener todos los huevos en una misma canasta siempre ha sido una buena manera de mitigar el riesgo, especialmente durante alguna situación incierta. Así que este es un buen momento para darse cuenta que es mucho más riesgoso tener el dinero en efectivo debajo del colchón que invertido en activos.

El momento histórico que vivimos puede verse muy complicado desde distintos ángulos, pero es bueno para poder cuestionar y reimaginar nuestra realidad. El verdadero riesgo es no hacer nada. 

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