Cambia el miedo por amor

Javier Morodo

Este post es un extracto de una conversación con un par de grandes amigos y que es digna de ver la luz, espero que los deje reflexionando…

Esta conversación nace a partir de este escrito de Mo Gawdat, ex Chief Business Officer en GoogleX, y quien tuvo la pena de perder a un hijo de manera inesperada. Este suceso le cambió la vida; a través del dolor pudo resignificar su existencia en este planeta y trabajar para comprender el concepto de felicidad. Recomiendo ampliamente el ensayo que les dejo a continuación:

Inicio de conversación…

Javier Morodo:

Ser papá es el mayor regalo que te puede dar la vida…

Verlos a los dos disfrutar a sus hijas ha sido un gran regalo y una gran inspiración para mí. Los veo plenos y veo sobre todo el brillo en sus ojos. Eso me inspira a querer ser un mejor papá y a ser más consciente del milagro que es la vida y la paternidad.

Pero para mí, el ser padre, me ha despertado una vulnerabilidad que me ha sido muy difícil de aceptar y es un gran miedo con el que vivo todos los días. Desde que soy papá todos los días pasa por mi mente la idea de la muerte de un hijo… eso me da tanto miedo que de manera contraintuitiva me aleja a veces de ellos, ya que me aterra la idea de perderlos.

El miedo simplemente es una representación de algo que no podemos comprender y en sí un instinto de supervivencia. Vivir y gozar a nuestros hijos es algo que siempre debemos de tener presente.

La reflexión de este ensayo me gustó, por que me brinda nuevas perspectivas acerca de nuestra existencia, del sentido de la vida y la misma trascendencia. Me brinda esperanza… y bueno, aunque es mi propia perspectiva, creí que podría ser valiosa también para ustedes ahora que son padres.


Anónimo:

Muchas gracias por compartir, hermano.

Hoy cumplo 21 días de vivir la experiencia de ser padre. Me siento doblemente privilegiado: por un lado, tengo el privilegio de poder conocer a mi hija y por otro, el privilegio de autoconocerme en una faceta nueva en mi vida; cuestión que me llena, reta y emociona de manera incuantificable. Cuando nace un hijo también nace un padre.

Me gustó mucho lo que nos compartes en tu ensayo, respeto mucho tu perspectiva y entiendo el miedo que sientes, a veces, cuando mi hija está dormida en la madrugada, lo siento también.

No tengo la experiencia suficiente para poder hablar de la paternidad pues a penas llevo 21 días siendo papá, pero sí puedo hablar de los 39 años que llevo siendo hijo de un papá que me abandonó cuando tuve 18 años, pero mucho más importante: una madre que desde el amor más puro me regaló su vida entera enseñándome a encontrar dentro de mi mismo la fuerza, entereza e integridad para seguir adelante, entre miles de cosas más.

Es natural del ser humano sentir miedo, esa percepción de peligro que pocas veces es real y muchas veces imaginario siempre nos limita y a veces hasta nos paraliza. Cuando escogemos el camino de evitar todo lo que nos da miedo nada más lo alimentamos y lo volvemos más grande.

Afortunadamente también es natural al ser humano sentir amor: siento el amor del corazón, la energía más fuerte que existe en el universo. El amor es mucho más fuerte que el miedo.

Si hay espacio para una recomendación inexperta es la siguiente: sé consciente de lo que sientes en el momento que lo sientes. La próxima vez que de manera natural sientas miedo por un hecho futuro de realización incierta como puede ser la muerte de un hijo, decide reemplazar el miedo de lo que puede pasar en el futuro por amor que puedes dar en el presente.

La vida es un regalo finito para todos. Mientras disfrutas el regalo de la vida: ama y cuida a tus hijos de tal manera que si la muerte les llega antes de lo esperado no te haya sido exigible otra conducta como padre, pues solo así encontrarás un espacio para perdonarte y encontrar paz.

Si ese fuera el caso, lo que nunca podrás perdonarte es no haber amado a tus hijos de manera completa, incondicional y sin medida. Llénate de amor de tal manera que no haya lugar para el miedo.

Que el miedo no nos sesgue ante la grandeza del amor.

Fin de la conversación…

Espero que esta conversación les permita ser conscientes de la fragilidad del miedo y del poder del amor, y que la próxima vez que sientan miedo, puedan elegir conscientemente cambiar ese miedo por amor.

También te puede interesar: Llevar el cuerpo al límite